Ella es la encargada de cocinarle a más de 40 llaneros durante el Trabajo de Llano, sabe prender un horno de leña, levantarse a las 3am y transportar el mercado en mulas por toda la sabana.
Él nos habla de historias del llano, de arcoíris que se chupan los pescados, de las leyes antiguas del llano, de lo difícil que es tener voz de mando, de cómo escoger un buen caballo.
Con nueve años por cumplir, Ferney Eduardo es un niño con el Llano en el pecho, lleva consigo una cámara casera con la que nos muestra esa sabana que detrás de su fundo se abre silenciosa e infinita.