Venidos del Guanapalo, del pueblo de San Luis de Palenque y Trinidad, de la costa del Tujua o las sabanas del Pirichigua ubicadas en Casanare – Colombia. Estos llaneros llegan 2 veces al año al Hato Santana a caballiciar las aproximadamente 700 bestias con las que se cuenta para la faena, la rutina y el trabajo ganadero.
En sus manos, en sus ojos, en sus piernas y en su anhelo está el reto de poderlo lograr.